Un proceso cognitivo es aquel que nos permite procesar la información que nos llega a través de los sentidos. Esto es, una forma de decodificar esos datos para que signifiquen algo para nosotros. En los procesos cognitivos toman protagonismo determinadas zonas del cerebro: destacamos el lóbulo frontal, el cerebelo, los ganglios basales y la corteza parietal. Los procesos cognitivos son las funciones mentales que nos permiten (adquirir, procesar, almacenar y utilizar información). Incluyen actividades como la percepción, la memoria, el pensamiento, la resolución de problemas y el lenguaje. Estos procesos son fundamentales para nuestro funcionamiento mental y nos ayudan a comprender el mundo que nos rodea y a tomar decisiones. Los procesos cognitivos influyen en nuestro día a día de muchas maneras. Por ejemplo, la percepción nos ayuda a interpretar el mundo a través de nuestros sentidos, la memoria nos permite recordar información importante, el pensamiento nos ayuda a tomar decisiones y resolver problemas, y el lenguaje nos permite comunicarnos con los demás. Estos procesos trabajan juntos para que podamos funcionar de manera efectiva en nuestras actividades diarias, desde tareas simples hasta decisiones más complejas. Para resolver problemas de manera efectiva, es útil aplicar estrategias cognitivas como la descomposición del problema en pasos más pequeños, la identificación de patrones o similitudes con problemas previos, el uso de la creatividad para encontrar soluciones originales, y la visualización o diagramación del problema para comprenderlo mejor. Además, la reflexión sobre posibles soluciones y la evaluación de sus consecuencias también son estrategias valiosas.